Yo soy Esther, psicóloga especializada en el área social, mi vocación siempre llevó por un camino ligado a la ayuda psicológica para las victimas y personas en situación de vulnerabilidad. Eso hizo que la etapa de mi vida en la que trabajé con mujeres en situación de maltrato fuera una de las más emocionantes y vocacionales de mi vida, y aunque estaba convencida que esa era mi área de desarrollo, la vida tenía otros planes para mi y por diferentes casualidades siempre he estado trabajando en el área de la educación, 15 años con niños y niñas de 3 a 14 años y más tarde como orientadora con alumnado de postgrados.
Pero todo cambió cuando fui mamá. Toda mi vida, mis pensamientos, mis prioridades, mis miedos y también mi seguridad se vio modificada por este hecho que removió por completo mis cimientos. Y de pronto, cuando llegó la hora de reincorporarme al trabajo, comencé a verlo todo diferente.
Tenía claro TODO lo que NO quería. Y NO quería no ver a mis hijas crecer, NO quería no poder llevarlas al colegio, NO quería no poder almorzar con ellas, NO quería no poder estar cuando se pusieran malitas,...pero tampoco quería quedarme en casa viendo como todo lo que me formé por años, de pronto no me servía, NO quería ser una mujer frustrada con una vocación guardada en un cajón mientras hacía otras cosas por un tiempo y luego darme cuenta que sería demasiado tarde para continuar.
Sí, todo eso que nos pasa a las mujeres cuando somos mamás. Me consta que no soy la única que ha pasado por ahí y que muchas os sentiréis identificadas conmigo.
Y así nació Bimami. Desde el primer año que pude estar con mis hijas de excedencia comencé a investigar mucho sobre el desarrollo, los recursos educativos aplicados a diferentes edades, descubrí miles de materiales adaptados, y de pronto LO VI CLARO.
Quería una tienda de productos de niños y niñas pero siempre desde una perspectiva EDUCATIVA, en la que yo pudiera ser, la psicóloga que soy. Ayudar a otras familias en esta fase del desarrollo, no desde un punto de vista puramente comercial, sino con mis herramientas y mi formación.
Mentiría si dijera que no me inspiré en otras mujeres, amigas y emprendedoras y cada vez tenía más claro que ese era mi camino.
Aún queda mucho por exprimir mi tiendecita preciosa, tengo muchos planes para desarrollar a través de ella y ojalá me permitáis que lo hagamos juntas
BIENVENID@S A BIMAMI